miércoles, 9 de enero de 2013

DEJAD QUE PASEN

Fue la juventud orgullosa, valiente y patriota la que puso el ejemplo; los primeros en salir a reclamar el más noble derecho: Su bandera ondear sobre su tierra. Muchos ignoran que hace 49 años Panamá fue escenario de una lucha por la dignidad; panameños y panameñas entregaron su vida por defender algo prácticamente intangible, la soberanía de la bandera que nos representa e identifica ante el mundo.
 
Los sucesos inicaron después del recreo de aquel día en el Instituto Nacional, los estudiantes marcharon hasta la zona del canal y se desató una lucha de gran magnitud que entre otras cosas llevó a la suspensión de relaciones entre Panamá y Estados Unidos, más tarde a la firma de un tratado que permitió lo que hoy llena de orgullo a tantos nacionales: El Canal de Panamá administrado por panameños.
 
No queremos hacer cátedra de historia ni crítica agresiva, todo el que sea capaz de analizar lo que vivimos como sociedad puede darse cuenta de cuánto hemos perdido en estos 49 años. Muchos ya no tienen esperanza y otros ni siquiera saben de lo que estamos hablando, pero también quedan los que quieren que las cosas cambien de verdad, de manera positiva; personas que con sus palabras y actos dan ejemplo de lo que es ser ciudadano.
 
No todo está perdido, tal vez perdamos una bandera teñida con sangre, pero el legado de nuestros mártires brillará aunque algunos traten de distraernos con un paseo de fin de semana. Hoy es un buen día para que reflexionemos; qué dejamos de hacer, en qué nos equivocamos, cómo podemos volver al camino de la concordia y el progreso ahora que pomposamente somos un solo territorio bajo una sola bandera. Ahora, cuando se cree que sin la bota extranjera secando chorrillo de cristalina, bienhechora fuente no tenemos nada que pueda unirnos para buscar juntos la gloria; un mañana de victoria que honre el duelo de aquella lira con lazo de crespón.
 
Buscar en el pasado, en qué momento nos dejamos contaminar de simplismo e indiferencia es perder el tiempo; tenemos un Panamá de todos y todavía no aprendemos cómo amarlo, respetarlo y defenderlo a una sola voz de diversidad coral. El reto es volver a ser lo que fuimos sin ser ya los mismos.


 

DEJAD QUE PASEN
Autora: Amelia Denis de Icaza (panameña)

El poeta lucha, sin luchar, ¿qué haría?
sin lucha y resistencia, no hay victoria
ni el corazón de bardo sangraría
para teñir los lauros de su gloria.

Paso a la juventud, dejad que vuele
alzando alegre sus primeros trinos
si le quitáis las alas, cómo puede
sin esa fuerza abandonar el nido?

Dejadle sus ideales, sus ensueños
larga es la lucha, ruda la batalla
tiene la inspiración muchos bohemios
que serán las lumbreras de la mañana.

No olvidéis a Rubén el poeta niño
que al preludiar sus infantiles cantos
de zarzas le sembraron el camino
que atravesó con sus primeros pasos.

Dejad la juventud, sus gallas flores
necesitan la sabia de la planta,
no le quitéis sus bellas ilusiones
dejadla con su fe con su esperanza.

No lancéis vuestro dardo envenenado.
sobre la juventud que ama y espera
dejad que goce en el festín humano
mientras la sombra de los años llega.

Yo me aparto dejándoles la senda
por saludarlos al pasar me inclino
y aquí en mi corazón tiene la ofrenda
de aliento, de entusiasmo y de cariño.

No penséis en la crítica del sabio
si hay luz y claridad en vuestra mente
yo también he tenido mi calvario
y el que puede luchar todo lo vence.

Heroica juventud, alzad la frente
el genio es luz, irradiación divina
el que lleve esta luz será el más fuerte
para luchar en la sangrienta lidia.

No abandonéis cobardes el palenque
la gloria ofrece al vencedor el premio
dichosos los que llevan en la frente
la corona simbólica del genio.

¿Un miércoles como cualquier miércoles? No, en Panamá hoy no puede ser un día corriente, no después de 1964. ¡Viva el 9 de enero!

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